EL USO DE LAS REDES SOCIALES
Las redes sociales representan, entre otras cosas, la apertura a nuevos
espacios de relación. Para niñas, niños, adolescentes y jóvenes, las
redes sociales y el correo electrónico (e-mail) constituyen espacios muy
relevantes de socialización, encuentro, intercambio y conocimiento.
También es así, claro está, para muchas personas adultas.
Familias y docentes continuamente se preguntan por lo bueno y lo malo
del auge de este recurso. Por una parte, en ocasiones se observa que la
interacción virtual ocupa un tiempo excesivo que va en detrimento de la
interacción presencial. Por otra parte, se aprecia la posibilidad de
contactar con personas de diferentes partes del mundo, de recuperar
amistades, etc. También, desde algunas familias se valora que "el
entorno virtual", donde el cuerpo permanece en la habitación, es un
lugar más seguro, sobre todo en ciudades o lugares que se perciben como
hostiles.
En las TIC, se deja de lado la presencia física; este no es un fenómeno
del todo nuevo, ya que, con el teléfono, aprendimos a establecer una
comunicación que dejaba prácticamente todo el cuerpo a excepción de la
voz. Sin embargo, este es un matiz importante, porque la voz nos
permite, en la mayoría de los casos, identificar el sexo e incluso la
edad de quien habla.
Pero en las redes, se puede dejar de lado todos los elementos
identificativos; y parece que esto es precisamente lo que hace que estos
contactos sean especialmente atractivos: la posibilidad de controlar y
modular lo que cada cual ofrece de si a las y los demás. (Según estudio
de Asunción Bernardez de la UCM). En los contactos presenciales, pesa el
físico de cada persona, así como su tono de voz, la manera de moverse,
los gestos, cómo se viste, las prendas que usa... Sin embargo, en una
conversación virtual, todas esta cuestiones quedan al margen y, a veces,
el interés por saber cómo es el físico de la persona con la que nos
comunicamos se convierte en un juego.
Curiosamente, y según el mismo estudio, lo primero que se suele intentar
adivinar de la otra persona es precisamente si es hombre o mujer. Y, a
partir de ahí, cada cual presenta una imagen de sí que, aún siendo
virtual, suele ser muy cuidada: las y los adolescentes elaboran mucho
sus presentaciones y en general echan mano de estereotipos asociados a
la másculinidad y la feminidad con el único objetivo de mostrarse
socialmente deseables. Así, los chicos tienden a mostrarse valientes,
inteligentes, ocupando espacios públicos, fuertes, seguros de sí
mismos... Igualmente las chicas, echando mano de los mismos
estereotipos, tienden a mostrarse bellas, físicamente deseables desde
patrones de belleza altamente estereotipados, pizpiretas, seductoras.
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